jueves, 5 de febrero de 2015

Ometepe - Río San Juan: ¡Odisea a estribor!

Ahí donde lo veis, este barco tan pituco y en apariencia tan común como los que nos llevan a Cangas o Cíes...podría ser perfectamente una atracción de terror en cualquier parque temático. Y es que esta fue sin duda la gran odisea del viaje: el trayecto en barco desde la isla de Ometepe hasta Río San Juan. ¡Nunca máis!



Como contaba en el post anterior, en el "no puerto" de Altagracia nos habían dicho que el barco disponía de una única habitación doble, que valía 50 $ - un precio desorbitado de entrada, pero que a día de hoy hubiera pagado con gusto- y sabiendo la duración del trayecto (12 horas) nos lo estábamos pensando, bueno yo más bien ya me había hecho a la idea xD

A pesar de que el barco no salía hasta las 18.00h, nos recomendaron ir antes para sacar los billetes. Llegamos a las 16:45 y ya había que hacer cola. Buscamos al guardia que nos había ofrecido la habitación el día anterior, pero para nuestra desgracia nos dijo que ya la habían ocupado en Granada ( ya que el barco sale desde allí y Ometepe es su segunda parada). Nuestro gozo en un pozo :(

En la ventanilla de venta de tickets un cartel ofrecía alquiler de "perezosas". Ahora mismo no sé por qué las llaman así cuando en realidad quieren decir "potro de tortura". Una especia de sillas de playa-hamacas para colocar en cubierta y hacer un poco más (in)cómodo el trayecto. Total, que pagamos el suplemento para cogerlas.

Desde las 17:30 se formó una cola para acceder al muelle, yo no lo veía sentido si total teníamos que entrar todos, pero como buenos borregos allí estábamos, al pie del cañón en fila india cargando con las mochilas ¬¬ 

Cuando por fin llegó el barco, con más de media hora de retraso y se abrió la reja, aquello era peor que el primer día de rebajas en Zara: carrera, atropellos, empujones... y como el dicho "donde fueres haz lo que vieres", yo activé el modo toura.

En la entrada del barco en cuanto nos vieron el billete nos hicieron subir a "primera clase", sí sí, como Kate y Leo otra vez xD. Nos arremolinamos alrededor del hombre que repartía las perezosas, porque para nuestra sorpresa no había suficientes. Allí valía todo: desde el italiano de turno suplicando que viajaba sólo y necesitaba sentarse, hasta los más neandertales metiendo codo para hacerse con la suya ( seguro que ya adivináis que hicimos nosotros).

Nos colocamos en hilera en la zona de popa, como si fuera un balcón con vistas al lago... ahora que lo pienso, ¿¿¿donde coño creíamos que estábamos, en el crucero de vacaciones en el mar??? Yo de verdad...a veces somos más ingenuos que los lunnies...tiene razón mi madre ¡tantos estudios, tanto mundo que recorréis y sois peores que Paquito Martínez Soria!


Total, después de que cargaran los plátanos, las cajas, la moto, las bicis, etc. A las 19:30h dejábamos atrás Ometepe. Nada más salir yo ya llevaba la matriz en la garganta del oleaje, es increíble como en un lago el agua puede ponerse tan brava! (dos días después suspendieron el trayecto por mal tiempo :S). Ya era de noche, hacía muchísimo viento y no paraba de entrar agua con cada ráfaga. Le colocamos las fundas a las mochilas, nos abrigamos con todo lo que llevábamos y nos acomodamos como pudimos. Yago tardó, no sé...45 segundos en quedarse dormido!!!. Yo no daba crédito. Iba allí hecha un bicho bola en la maldita perezosa, abrazando la cámara, la tablet, el móvil y todos mis dispositivos electrónicos, como Golum el anillo. Viendo como cada vez el agua encharcaba más el suelo y las mochilas empezaban a mojarse. Más inquieta que en furby, lo de dormir me parecía impensable, así que empecé a buscar alternativas.



En la parte de arriba había un pequeño camarote con bancos (al fondo de la foto) , que una pandilla de alemanes que también se hospedaban en la Hacienda Mérida habían ocupado cual hooligans. Abrí la puerta y noté la bofetada de calor, y acto seguido el olor a cuerno quemado. ¡Ni la cámara de gas!. Aquello era inviable, no cabía un alfiler y no había oxígeno para todos. Puestos a morir prefería hacerlo agarrada a la tabla como en Titanic, y no en aquel invernadero xD

Volví a nuestro "mirador" y allí seguía Yago, tieso como Tutankamón, dormido como un bebé ( es el bulto que hay bajo el plástico rosa :D). A mi hasta me parecía una desfachatez y por supuesto estaba picada jajaja 


A eso de las dos de la mañana decidí bajar a "segunda clase", por lo menos para entrar en calor. Era una zona mucho más grande que la de arriba, y con el triple de gente, acomodada como podía: encima de los arcones, debajo de los bancos, tirados en los pasillos...pero por lo menos había una buena proporción de calor y oxígeno ;) 

Me quedé allí un rato, pero como estaba preocupada por las mochilas subí para hacer la mudanza completa. El fariseo de Yago abrió medio ojo y hasta estaba hinchadito como un roscón después de su plácido sueño, mientras yo parecía la niña del exorcista. Por supuesto hubo la escena típica de:

- ¿Estás bien?, ¿te pasa algo?
- No, NADA.

Jajajajajajaja vamos lo típico de cualquier viaje en pareja, no puede faltar un chicken a lo matrimoniadas ;)

Al final nos acomodamos como pudimos en un hueco libre, yo me tiré en el suelo directamente y pude dormir un par de horas mientras las mochilas iban secando.

Por fin, a eso de las 05:30 fue haciéndose la luz. Ya sin viento, con el sol empezando a calentar y en aguas mucho más calmadas. Así acababa la noche más larga de la historia y nuestra particular odisea (más mía que de Yago xD), pero como en las películas, con final feliz :)










Después de llegar al puerto de San Carlos y parar a desayunar, vuelta al agua. Esta vez para un trayecto de 3 horas en panga por el Río San Juan (Reserva de la Biosfera desde 2003). Es una pena que entre el cansancio y el plástico protector que colocan para que no entre el agua, apenas se puede disfrutar del increíble paisaje. Allí si se veían casas en medio de la nada, o de todo, según se mire. Naturaleza 100%. ¡Hasta vimos a Pocahontas! ;)


Y de pronto allí estaba, como un decorado de película el pueblo de El Castillo. Sabéis cuando dicen eso de "cuando me retire iré a vivir a un pueblo apartado de todo y en contacto con la naturaleza", pues este es uno de esos sitios <3

Un par de caminos  peatonales, casas coloridas, banderines, y entre chaparrón y chaparrón las visitas del arco iris. Todo a solo 6 km de la Reserva Natural Indio-Maíz. Nada más llegar ya sientes ese ambiente de la vida suave y no puedes hacer otra cosa que relajarte y disfrutar.











Nos alojamos en el Hotel Victoria, uno de los más tradicionales del lugar. La verdad es que fue el mayor lujo de todo el viaje:aquella cama que parecía una nube, la terraza, la tele en la habitación y sobre todo el agua caliente :D

El ambiente es super familiar, y la hospitalidad de las dos hermanas que lo regentan enseguida te hace sentir como en casa.





Yo, en mi línea, hice la catetada de preguntar por el wifi ¡Já!. Por supuesto allí no existe, solo hay conexión a través de un usb, que tuve que pedirle a las dueñas porque me había olvidado de avisar a mi madre y sabía que a esa hora ya podía estar el helicóptero del SOS Galicia sobrevolando la zona jejeje Y no exagero, que sepáis que cuando volví a conectar el móvil tenía los siguientes mensajes de mi madre:

- Vaca, ¿que tal? 
- Vacaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (10 min, después)
- ¿Donde andáis? (5 min. después)
- María de los Ángeles me tienes PREOCUPADÍSIMA ( 3 min. después)

Y sé que si está leyendo esto habrá dicho lo de "Cuando seas madre lo entenderás" :)

El caso es que fue la excusa perfecta para desconectar y disfrutar del Dolce far niente. En realidad el pueblo se recorre en una hora y no hay mucho más que hacer (ni falta que hace) salvo pasear, comer, charlar, leer y volver a visionar en Fox la última temporada de "How I met your mother", tirados en la cama xD











Al día siguiente, contratamos un guía para hacer la visita a la Reserva Indio Maíz (colindante con la de Tortuguero en Costa Rica). Nos acompañó Nicolás, al que en petit comité llamábamos Indiana Jones, la verdad es que ya solo con el atrezzo te metía más en papel jajaja







Lo más divertido sin duda caminar por el barro. Yo más feliz que un cerdo en una charca :) Vimos nutrias, ardillas, monos, guatusos, etc. Probamos plantas, diferentes remedios naturales y utensilios al más puro estilo del último superviviente. Y para acabar el recorrido un chapuzón! (aunque no lo parezca el agua está muy limpia)

Flor labios de payaso o labios de puta, como se conoce vulgarmente xD






Por la tarde aprovechamos para visitar la fortaleza de la Inmaculada Concepción, que aunque parezca mentira por su pequeño tamaño, fue parte muy importante de la historia de Nicaragua, siendo víctima de numerosos ataques de corsarios ingleses como el legendario capitán Morgan.







Acabamos paseando por los caminos que en apenas dos días ya nos resultaban familiares, disfrutando de sus casas de cuento y del encanto tan auténtico del pueblo, que a pesar del turismo se mantiene intacto.







A la mañana siguiente dejábamos El Castillo y a las 5.45 cogíamos la panga de vuelta a San Carlos y el autobús directo a Managua (6 horas). ¡The End!

Se acababa así un gran viaje, y llegaba la hora de despedir a la mejor visita que pude tener. Con un cuaderno de bitácora lleno de aventuras y un álbum de fotos pendiente ;) Una de esas oportunidades por las que no puedes más que dar gracias a la vida... 

Y si esto fuera un campamento de verano, sonaría Happy ending de Mika y estaríamos echando la lágrima, y lo sabéis xD 



¡Y colorín colorado, está novela se ha acabado! Espero que os haya gustado la trilogía jajaja Que sepáis que en realidad le dedicó casi tantas horas al blog como al trabajo, así que la próxima beca de community manager por favor :p

¡Un abrazo a todos!

Y a ti, LIKE CRAZY.