domingo, 16 de noviembre de 2014

Live, Love & Surf.


¡Buenos lunes! :)

Aquí son las 20:00h. todavía del domingo. Hoy se me cierran los ojos delante del ordenador, pero no quiero faltar tan pronto a mi palabra de actualizar el blog cada semana. Además, este fin de semana merece ser contado.


A punto de cumplir mi primer mes en Nicaragua y la verdad es que empezaba a echar de menos el mar. A algunas personas les parecerá una tontería, pero cuando vives cerca de él y te acostumbras a verlo y escucharlo a diario, notas que te falta algo. 


En mi caso va más allá, ya que el mar, junto con las puestas de sol, me parecen los dos remedios más relajantes y tranquilizadores que la naturaleza nos ha dado, y mira que yo te soy muy amiga de los medicamentos (un ibuprofeno a tiempo es una victoria),  pero como muchos ya sabéis de unos años a esta parte me he vuelto más mística - por algo mi compañera y medio Managua me llaman "Yerbas"- y he aprendido a valorar esos momentos, en solitario o compartidos, en los que todo parece más en calma. 

Si estás triste, una llorera junto al mar te deja como nueva, al fin y al cabo todo es agua salada.

Si estás sensible, una puesta de sol te puede robar una lágrima, a que si Patri? ;)

Y si la vida te sonríe, es el mejor lugar y momento para dar las gracias.

A lo que íbamos...¿que mejor forma de combinar playa , relax y diversión, que un fin de semana aprendiendo a surfear?  Gracias a instagram, bendito sea, llegamos al ThunderBomb Surf Camp. 

Seguía la cuenta de @thefrogeye, un fotografo increíble y amante del surf, cuando un día vi que estaba en Nicaragua y amablemente nos dió la referencia del camp. Gracias Álex ;)

El plan se iba un poco de nuestro presupuesto, pero al final gracias a un pequeño descuento nos liamos la manta a la cabeza y allí fuimos. Ahora puedo decir que no hay dinero mejor invertido!

Llegamos el viernes por la noche, y apenas pudimos ver nada, pero sólo con el "tiki bar" y nuestra habitación ya tuve un flechazo. No había paredes, ni luz, sólo una vela en forma de faro, y de fondo se escuchaba el mar.


 El Tiki bar

Ahí arriba, nuestra habitación



Al día siguiente todos iban a surfear a una playa cercana, el Boom, así que nos fuimos a la cama temprano y me apunté para ir como espectadora. A las 4.30 en pie, fruta fresca + café, y todo el mundo a la furgoneta. El trayecto, como casi todos aquí, una aventura cruzando campos, caminos imposibles a prueba de cervicales y llegando directamente hasta la orilla. ¡Estaba como una niña con zapatos nuevos!

La playa desierta, sólo un par de surferos más entrando en el agua justo cuando amanecía. Pasee sacando fotos, vi pelícanos, corrí, me bañé....¡FELICIDAD!






Volvimos al camp sobre las 9h. y Rocío ya estaba tostándose al sol en una tumbona cual Norma Duval. Le metí tanto miedo con lo de quemarse que se pasó el resto del fin de semana embadurnada en crema como casper jajaja

Después del re-desayuno (madrugar tanto tiene premio), era el momento de nuestra primera clase de surf con German y Chivo. Ya podían venir armados de paciencia porque fueron a dar con dos topos en el mar. Cuando nos metíamos en el agua Germán me dijo: "todos mis alumnos se ponen de pie sobre la tabla el primer día". Tragué agua a litros, hice la croqueta de todas las formas posibles, a punto estuve de romperme la cara con la tabla más de una vez y al final...me puse de pie en la tabla :)

Acabamos reventadas, bueno Rocío parecía que venía de una pelea a vida o muerte con un tiburón. Arañazos, moratones y corte incluido. Si es que medir 1.80 es lo que tiene ;)

Yo tenía la impresión de que eran las 17h de la tarde y ni siquiera habíamos comido. Bueno, que esto es otro punto aparte. Chivo, es además el cocinero del camp, y menudo lujo porque no hay dinero que pague sentarse a mesa puesta y disfrutar tanto de la comida. Pan recién hecho, zumos naturales, brochetas, pollo, camarones, carne, arroz, verduras, bizcocho de coco....ñam! Ya sabe que en Managua tiene casa cuando quiera.

Después, siesta de las que hacen historia y paseo por la playa para ver la puesta de sol. ¿Cómo no me voy a poner zen? Qué paz...se me alinearon hasta los chacras! 


Tesoritos que me regalaron Jack y Alex

 Happiness
 Titiritadas ^^





Y lo mejor...todavía horas por delante para disfrutar del Dolce far niente.Tras la cena, barra libre de ron y momento bachata. Ojo que estamos aprendiendo unas magias en las clases de ritmos latinos que me río yo de Marbelys Zamora! Os dejo uno de los hits que se despachan en el gym. Ya grabaremos la coreo que no tiene desperdicio ;)



Con Jonathan, German y Álex


El domingo repetimos plan, pero esta vez también se apuntó Rocío. Antes de entrar al agua Germán nos llevó  la otra punta de la playa y a la vuelta hicimos el recorrido subidas en la parte de arriba del 4x4. Momento teenager total <3 Hay un video pero imposible cargarlo con esta conexión :(





Rocío y yo no parábamos de decir: illa esto si que es vida! Que pereza volver a Managua...

Podría contaros más detalles, anécdotas y momentos que han hecho de este, un fin de semana perfecto en el que hemos cargado las pilas. Sobre todo gracias a la gente y al ambiente. Y no hay mejor prueba que ver a David, Mark y Jack, tres estadounidenses rondando los 50-60, con más energía que un furby, ya me gustaría a mi seguirles el ritmo! La verdad es que aunque suene tópico, alrededor del mundo del surf se respira muy buen rollo. Espero que las fotos lo transmitan, esta de su página oficial seguro que sí!


Y no podían faltar las pruebas de que sí surfeamos. Di tú que yo parezco Kate Winslet en el Titanic con los brazos abiertos mirando al horizonte... pero fuera del agua, y con este pelo que dios me ha dado, doy el pego de surfera, así que no serán las últimas olas que cojamos ;)







Besos con sabor a sal, ¡hasta la próxima semana! 

domingo, 9 de noviembre de 2014

Granada, ¡qué hermosa eres!


Sí, como las antiguas galas de TVE que siempre presentaba Jose Luis Moreno con alguna Miss de los 90, véase Juncal Rivero ^_^




La semana pasada empezó la que ya es nuestra tradición de fin de semana. Pequeñas escapadas a las afueras de Managua donde poder pasear, probar platos típicos y conocer un poquito más el país.


Jakub nos había recomendado especialmente esta visita, que empezaba - o al menos así nos lo vendió él- con un tranquilo y cómodo viaje en minibus de unos 40 minutos. Nada más lejos de la relidad.

La "parada" de autobús es en la UCA (Universidad Centroamericana), a unos 10 minutos de nuestra casa. En el propio arcén entre pequeños quioscos y un ir  venir constante de gente, los autobuses van llegando uno detrás de otro haciéndose hueco donde pueden.


Por suerte el nuestro acaba de llegar, aunque lleno hasta la bandera. Nos tocó ir de pie en el concurido pasillo, y a los 20 min. empezamos a acordarnos de Jakub... 

El mini bus por supuesto de tramo. Yo llevaba detrás un pequeñuelo de unos 3 añitos, que en cada curva se estampaba contra mi mullido pandero. Entre el calor, el mareo y el agobio a Rocío le dió su pequeño ataque de colonialismo y me dijo lo de: ¡illa, necesitamos un coche ya!  En realidad, estas cosas son lo mejor de los viajes <3  


Las paradas no están muy definidas, allí donde ven gente esperando, el  encargado se asoma por la puerta (en marcha) gritando el destino: ¡¡¡Granadaaaaa, Granadaaaaa, Granadaaaaaa,...arriba chavolos!!!! Y si hay algún interesado ya puede echarse la carrerita, que el bus no se detiene. Eso sí, lo mejor es que puedes bajarte donde te dé la real gana: en la puerta de tu casa, delante de una tienda, en plena carretera...al gusto del consumidor. 

Yo ya me he hecho muy fan de este medio de transporte, super barato, seguro y relativamente rápido. Y mucho más ahora que Valdelomar me ha plantado...me imagino habrá conocido a otra cooperante más joven y guapa ;)


Granada es una ciudad colonial que conserva todo su encanto. Tras unos días en la caótica Managua, llegar allí es encontrar un remanso de paz. Yo a los 10 minutos ya me quería quedar a vivir.

El centro de la ciudad es el colorido Parque Colón. Allí, los coches de caballos dispuestos para un paseo turístico, los puestos de comida típica a la sombra de los árboles y vendedores ambulantes ofreciendo souvenirs. Es cierto que está mucho más enfocada al turismo, pero aun así resulta muy tranquila. 



Es una pena que el día estuviese tan gris y en las fotos no se aprecie el colorido de las calles. Después de una semana en coche de arriba para abajo, es un gusto callejear sin rumbo! La catedral amarilla y blanca,visible casi desde cualquier punto -justamente la portada de mi guía de Nicaragua- las callecitas llenas de restaurantes, cafés, alojamientos...y un montón de músicos que le ponen banda sonora. A nosotras nos tocó el Ay ay ay, canta y no llores :)











A  pocos minutos de la ciudad está el archipiélago de las Isletas, compuesto por 365 islas formadas por la erupción del volcán Mombacho. Nos queda pendiente una pequeña ruta para explorarlas. Estoy segura que durante este año volveremos a Granada más de una vez.

Y como es domingo, y estamos que lo tiramos, os cuento nuestra visita de ayer a Diriamba. Esta vez fuimos con Jakub, bueno más bien parecía una mezcla entre Dora la exploradora y el niño de Up. ¡No se puede ser más guiri!


¡Ardilla!

La idea era ir a León, pero entre el calor que hacía y que le trayecto era más largo, cambiamos de idea en la misma UCA y decidimos coger un bus a Jinotepe, donde Jakub nos dijo que estaban los pueblos blancos. Claro, a dos españolas ( una de ellas andaluza), nos dice eso, y chico te imaginas los típicos pueblos de casitas blancas, llenos de luz....llamadnos catetas, pero se nos quedó una cara de acelga al llegar y ver que de blanco allí ni el papel! El nombre se debe, según Jakub el explorador y experto en el país, a los antiguos pobladores de origen aleman cuya tez era mucho más blanca. Y ojo que la semana pasada casi me denuncia por no incluir su nombre como una referencia bibliográfica, si es que ya se lo decimos nosotros, "no se puede ser el perejil de todas las salsas", o como dice una amiga "el niño de todos los baultizos" ;)


Al llegar a Jinotepe nos tiramos en marcha del autobús en cuanto vimos un puesto de pupusas. Un plato típico salvadoreño, que consiste en una tortilla de maíz con diferentes rellenos: pollo y queso, frijoles, chicharrón...buenísimas :P

Paseamos un rato por el mercado y cogimos otro minibus para dirgirnos a Diriamba, la segunda ciudad más importante en el departamento. La verdad es que no hicimos la típica visita turísitca, simplemente paseamos, tomamos un helado e hicimos el mono para las fotos.










A la vuelta la furgoneta iba por otro recorrido muho más intrépido. El fornido conductor parecía king kong, casi no entraba en el asiento y la cabeza le llegaba al techo. La carretera llena de curvas entre un valle y aquello iba rápido como un...como un...pepino que diría la gran Beatriz Pérez Aranda. Era como estar en el mario kart con una furgo hippie conducida por donkey kong!



El paisaje increíble, el tupido verde del bosque tropical y al fondo...el mar! Como lo echo de menos, desde que estoy aquí todavía no he llegado a  ninguna de las costas del país.

Pero bueno, para poderle remedio, Rocío y yo hemos planeado una pequeña escapada a  Chinandega para aprender a surfear! Bueno yo llevaré manguitos, flotador, chaleco y un bañador con efecto búnker para tener todo en su sitio después de hacer la croqueta con cada ola.

Así que ya sabéis, la próxima semana, un post pasado por agua :)

Y si esto no es digno de unas coristas de Romeo Santos, que baje Dios y lo vea...



Un abrazo corazones!