lunes, 22 de diciembre de 2014

Remedios naturales contra la morriña: San Juan del Sur

¡Hola corazones!

Antes de contaros como fue nuestro fin de semana, quiero aprovechar para volver a dar las GRACIAS a todas las personas que se sumaron la semana pasada a la campaña de Semilla para el Cambio en favor del proyecto de nutrición que desarrollan en la India: http://semillaparaelcambio.org/12x100/

Como muchos sabéis, tengo una relación muy estrecha con la ONG y me hizo especial ilusión ver tantas caras conocidas multiplicando con nosotros. La verdad es que en la distancia estas cosas se valoran todavía más y parece que recibes toda esa buena energía! Momento hierbas ^_^ 



¡Un abrazo gigante a todos!

Aproximándose unas fechas tan especiales, y viendo que la morriña se asomaba, Rocío y yo pensamos en pasar el fin de semana fuera, y oxigenarnos cerca del mar. El destino: San Juan del Sur, un pequeño pueblo que se extiende junto a una amplia playa llena de vida. A pesar de ser un lugar muy turístico conserva la tranquilidad y el ambiente relajado. Un lugar perfecto donde descansar, pero también donde disfrutar de la vidilla mochilera.

El viaje se hizo más largo de lo que pensábamos, y es que aquí cuando te dicen que un lugar está a dos horas de distancia, siempre debes pensar que te llevará el doble de tiempo llegar: coger sitio en el autobús, que salga puntual, paradas cada 500m., transbordos, esperas... forman parte de la rutina viajera en Nicaragua!

Nos alojamos en la Sunset Guesthouse, una casa familiar que ofrece solamente un par de modestas habitaciones (7$/persona), pero en la que puedes disfrutar del ambiente hogareño local y de unas reconstituyentes duchas de agua fría :P


Aprovechamos las últimas horas de luz de la tarde para dar un paseo y  pegarnos un chapuzón, además de darnos nuestro capricho favorito: cono doble de Eskimo sabor galleta y choco chips ¡Ñam!



Apenas tengo fotos donde se aprecie, pero la playa estaba llena de pelícanos. Es inreíble lo bajo que vuelan y como se lanzan al agua en picado para pescar. Me quedé embobada en el agua viéndolos y disfrutando de un chapuzón entre ellos.



Y por supuesto no podíamos faltar a la cita con la puesta de sol. ¿Es o no el remedio a todos los males? 








Por la noche quedamos para cenar con Tomás, un español afincado en Berlín  que habíamos conocido en el autobús y que está haciendo un viaje de 7 meses por centro y Sudamérica. Esas historias que a todos nos ponen los dientes largos, y de las que cada día estoy más convencida de que "Sí se puede".

En el bar donde estábams coincidimos con otros dos españoles que estaban de ruta por Nicaragua durante sus vacaciones. Justamente también habían estado en Centroámerica hace años como cooperantes, y hablando hablando, resulta que Nano, conocía  a uno de mis compañeros en la oficina donde hice las prácticas del máster. ¡El mundo es tan pequeño y el destino tan curioso!

Fuimos a tomar algo a una terraza, y la verdad es que había muchísimo ambiente. Compartimos un montón de anécdotas y aventuras, hasta que Rocío casi se queda dormida encima de la mesa xD Y no por que no nos lo estuviéramos pasando bien, pero es que el horario nica nos está volviendo unas abuelas!

La mañana siguiente nos la tomamos con mucha calma. Primero un paseo por la playa que todavía estaba practicamente vacía...





Nos pegamos un homenaje en el desayuno, de esos que te hacen salir rodando por la puerta. Con deciros que al mediodía no comimos...
Y para hacer la digestión nos fuimos al mercado y encontramos algunos tesoritos: pareos, camisetas y monederos a todo color :)




La verdad es que paseando por el pueblo a veces tenías la sensación de estar en un decorado de película, lleno de mochileros surferos eso sí :P







Antes de coger el bus todavía tuve tiempo para entrenar en la playa y refrescarnos para hacer más llevadera la paliza de bus que estuvo amenizada por los mejores videoclips de los 80. De verdad, son esos momentos surrealistas que no acabas de asimilar: en aquel autobús destartalado, que pronto se llenaría hasta la bandera, por un camino de cabras que ni siquiera es carretera y escuchando baladas de un artista al que todavía no hemos conseguido ubicar, pero que es como una especie de Prince latino. ¡La alegría de vivir, vamos! xD


Y así de rápido pasó el fin de semana, un autoregalo de despedida perfecto, porque ahora mismo mi Rocío ya estará en Ronda poniéndose hasta arriba de jamón serrano jejeje

Yo aprovecho para desearos una muy Feliz Navidad. Será la primera Nochebuena en 31 años, que pasaré lejos de casa y de mi familia, pero no me voy a poner melancólica, porque ya estoy en modo cuenta atrás para recibir la mejor visita de todas. ¡Can´t wait! ;) Eso sí, espero videos, que digo videos, un documental de mi sobrina abriendo los regalos de Papa Noel <3 

Un abrazo a todos, en especial a los que están un poco más lejos de donde desearían.




Mucho AMOR.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Corn Island, vida caribeña.

¿Os acordáis de este anuncio de Ron Malibú? La verdad es que describe muy bien el ritmo de vida caribeño que hemos vivido estos días ^_^

Como os adelantaba en el post anterior, aprovechando el festivo, Rocío, nuestra amiga Bintou y yo, disfrutamos de unos días de relax en un pequeño paraíso.

El viernes por la tarde llegábamos a Corn Island. El aeropuerto de lo más tropical y hogareño. Lo mejor es que la pista es un lugar de paso, y como hay tan poco tráfico aéreo, los niños la utilizan para jugar al fútbol o hacer carreras, las mujeres cruzan con la compra...vamos como si fuera la plaza del pueblo.



El día estaba un poco nublado pero queríamos aprovechar las pocas horas de luz que quedaban y tras dejar las maletas en el hotel (en el caso de Bintou, el baúl de la Piquer jajaja)  nos fuimos hasta la playa más cercana, South West Bay, también llamada Picnic Center. De entrada me decepcionó un poco, no porque no fuese bonita, sino porque me la esperaba más virgen. Aun así, como siempre un gustazo reencontrarse con el mar. 


Investigando un poco en dirección al muelle, nos encontramos con un viejo tesoro: un gigante de mar anclado para siempre en la playa! Era enorme, y la parte de popa estaba al otro lado de la playa. Cuenta la leyenda que era un barco del pirata Morgan y que el fondo del mar esconde su botín.


Al otro lado, una playa mucho más auténtica. El cielo se despejó y nos regaló una puesta de sol de las más bonitas que he visto nunca, con un cielo completamente teñido de rosa <3






¡Fue la bienvenida perfecta!

Nos alojamos en el hostal G&G (12 $/noche), que tenía un bar al lado con comida típica y a muy buen precio. Acabamos repitiendo desayuno todos los días, el pan de coco tostado estaba de vicio! Eso sí, ya podías armarte de paciencia, porque la media era una hora de espera. Si es que ya lo decía el anuncio...en el caribe no se toman la vida tan en serio, y se vive sin estrés. Me ha venido muy bien para curar mi ansiedad por la comida xD

Con lo cansadas que estábamos, a las 20:00h. ya estábamos KO, menos Bintou que se hacía una trinchera con las almohadas para ver películas en el portátil. Eso si, a las 6 cuando Rocío y yo estábamos fresquitas como lechugas era ella la que estaba en cama como si acabara de caerse desde un quinto piso :D

Al día siguiente fuimos recorriendo la isla por la zona de costa, es increíble como con una sola calle pudimos perdernos jajaja





Volvimos a pasar por la zona que habíamos visto la tarde anterior, y nos paramos en la playa al sur del Hotel Paraíso, aprovechando las tumbonas del restaurante. ¡Que gustazo!





 Bintou tomando el sol con burka xD

Seguimos de ruta hacia el Norte y paramos a comer en la zona de Sally Peach.Fuimos a un restaurante local que nos recomendó un taxista en donde tenían pequeñas piscinas para criar pescado...y que pescado!



Continuamos andando por la única carretera de la isla disfrutando del paisaje: las típicas casas caribeñas elevadas sobre tambo y con madera pintada en colores pastel, las playas más salvajes y el agua color turquesa.








Hicimos un alto en el camino en la  "mejor heladería de la isla", como decía el cartel.
-¿Que lleva el banaba split? 
- No ese no lo tenemos...
- Bueno pues me pones un cucurucho de vainilla y chocolate
- No esos sabores no los tenemos...
- ¿Y fresa?
-  No tampoco, solo tenemos galleta. 
- Pues nada hija, galleta para todas! jajaja 

Pero la verdad es que nos supo a gloria :)


En plena ruta vimos eñ cartel a la playa de "Silver sand" y aunque estaba nublado queríamos acercarnos a pasear. Fue poner el pie en la playa, y de golpe, cuestión de dos minutos, cielo negro y tormenta! Nos metimos hacia la zona verde para resguardarnos un poco, sacamos las toallas para tapar las mochilas, sobre todo por las cámaras de fotos. La verdad es que era un poco surrealista, allí solas en plena tormenta en medio de la playa sin lugar a donde ir, acurrucadas las tres con las toallas. Al fondo se veía lo que en su día debió ser un hotel y en cuanto paró un poco de llover, echamos una carrera para buscar un sitio donde esperar. Aquello tenía pinta de llevar años cerrado pero aun así Rocío llamó a la puerta. Nadie abría y estábamos pensando en meternos debajo de una sombrilla cuando escuchamos el ruido de la puerta, la verdad es que nos cagamos un poquito jaja. El dueño nos dijo que podíamos pasar, aunque en el interior del local había casi tanta agua como fuera xD Aprovechamos para tomar algo mientras paraba de llover, de fondo sonaba música country, ni un alma en los alrededores y yo no dejaba de pensar que aquello era un poco "Sé lo que hicisteis el último verano". El dueño insistía en que fuéramos a la terraza y yo pensaba, sí sí, para que te pongas el chubasquero amarillo y nos descuartices, ¡y un cojón! jajaja Al final subimos y la verdad es que las vistas eran una pasada, aun con el cielo tan gris.

 Caras post mojadura
Y de vuelta al hotel, ruta de exploradoras! En chanclas por el medio del barro, y lo mejor es que con ese panorama a Rocío se le ocurre preguntarnos: ¿oye y por aquí habrá tienda de souvenirs? Sí claro, y al torcer la esquina un Zara también! Esta mujer a veces es más inocente que un Lunnie...


Llegamos justo a tiempo para la puesta de sol :)




 Para el domingo planeamos una excursión a Little Corn, la isla vecina. El recorrido se hace en "panga", una especie de patera planeadora, en la que van sobre unas 30 personas. Ya nos habían advertido de que el viaje podía ser movido, pero no pensábamos que tanto!




Primero ya allí esperando a bordo, enlatados como sardinas, con el chaleco salvavidas y el solazo que hacía...luego nos toca la típica pitiminí que se creía que iba a ir en el crucero de vacaciones en el mar: maquillaje titanlux, tacones, swarovski, gafas de valentino, etc. "Que si quiero ir en la proa con mi esposo, que si quiero ir sentada, que si no me quiero mojar..."yo ya poniéndome como una chabacana!Total que al final le dijeron que fuera sentadita al ladito del patrón.

Arranca la panga y Rocío:¿illa que despacio va esto, no? Y yo como buena hija de hombre de mar, sí sí, pero tu vete guardando la camarita de fotos que ya verás. Total, desde proa desenroscan un plástico tipo invernadero, que van pasando hacia atrás para que nos agachemos y nos tapemos. Son esas situaciones que te entra la risita nerviosa pero en el fondo hay un mínimo de tensión. Pues fue empezar a acelear la panga y de verdad, vale que yo soy exagerada, pero aquello iba más por el aire que por el agua. Debajo del plástico notabas como salpicaba el agua por encima, y al principio los grititos divertidos de la gente como si estuviéramos en el aquapark. Nosotras al ir sentadas en el último banco, a los 10 minutos ya íbamos como sopas, pero mi consuelo fue ver por el rabillo del ojo a la pitiminí, chorreando agua como si la hubieran metido en la ducha vestida, le faltaban parabrisas en las gafas de sol jajajaja Rocío y yo con la gracia nos asomamos fuera del plástico, nos mirábamos y nos partíamos de risa con cada bote que dábamos, pero a ella se le acabó la fiesta pronto. A los 15 minutos estaba pálida como la cera y con cabeza metida en la bolsita, y no fue la única xD



Al llegar parecía que veníamos de la guerra, todo eran caras compungidas. Lo mejor es que Rocío, aun con el mal cuerpo se le ocure ir a preguntar por una excursión de submarinismo, así, para darle otra vueltecita al estómago. Al final, al ir tan justas de tiempo para coger el barco de vuelta pensamos que lo mejor era aprovechar para ver la isla.

Preguntamos por las mejores playas y nos dijeron que fuésemos hacia el norte por el único camino que había. Pasamos la zona de las casa y empezamos la rut por el campo. 


Tras un buen rato andando ya escuchábamos el mar, y como en estas escenas de película, que al fondo del camino empiezas a ver la luz, el color azul...y al llegar al final los ojos como platos :O

Una playa virgen increíble y al otro lado un retiro de Yoga de lujo, con cabañas de madera, zona verde, mirador sobre el mar...desenfundamos las cámaras como locas, Rocío con sus particulares posados entre Norma Duval y ángel de Victoria Secret, Bintou con sus selfies, y yo con los falsos robados jajaja







Nos dimos un chapuzón y yo me fui a dar un paseo. Nunca había estado en el Caribe y me encantó el paisaje, aunque viniendo de Galicia ya nada nos sorprenda en cuanto a mar y playas ;)

Después nos dimos un homenaje en el restaurante del centro de Yoga, un lujo comer con aquellas vistas. Y para tener un día redondo, siesta  la sombra. Plan perfecto!




A la vuelta, cogimos el último barco, que por suerte era más grande y cómodo que la panga, aunque eso sí, más lento. Veíamos la isla grande a lo lejos y parecía que no íbamos a llegar nunca, pero pudimos disfrutar de la puesta de sol a bordo.




El domingo era nuestro último día, nos lo tomamos con mucha calma para recoger. Pensamos en volver a la zona de Sally Peaches donde había llovido el primer día, para poder verla mejor.

Estaba algo nublado pero como siempre aquí, hacía calor. Aprovechando que no había nadie, yo me hice un mini entrenamiento en la playa, un lujo correr en ese escenario. 



Al acabar me pasó otra de mis gracitadas: por no mojar el top y meterlo empapado en la maleta, y viendo que no había un alma en varios kilómetros a la redonda, me bañé en topless. Dos brazadas y me veo venir a los lejos un par de pescadores por una punta de la playa y otros tres por la otra. Rocío y Bintou desde donde estaban tumbadas no me veían. Y claro entre esos momentos de duda de : salgo o no salgo cada vez estaban más cerca. Total, yo allí nada que te nada esperando a que pasaran, ya al borde de la hipotermia, y al final no me quedó más remedio que llamar a voces a Bintou para que se acercara con el pareo a la orilla a rescatarme. Las muy falsitas se partían... pero de eso no hay fotos ;)



Nos dio tiempo a volver caminando al hotel y tomar algo antes de irnos. Con toda nuestra pachorra 100% caribeña, casi tenemos un susto para coger el avión, pero finalmente regresamos a casa con las pilas cargadas para toda la semana.


La verdad es que se hace raro pasar las navidades en bikini, raro pero bien :D Aunque cuanto más se acerca la fecha, y vas viendo los planes para las cenas de las pandillas, regalos de amigo invisible, etc., va entrando la morriña y esos sentimientos de exaltación a lo Gran Hermano. Así que bueno,yo aprovecho para ir mandando un abrazo gigante a los míos, y ya sabéis, disfrutad de los que tenéis cerca <3

Pero antes de las fiestas...volveremos a conectar con la casa ;)

PD: Aprovecho para felicitar por adelantado a mi prima Nerea, que sé que siempre se asoma por aquí y este domingo cumplirá 15 años. Un besazo linda, eres la esperanza de la familia <3


¡Amor y buen karma, nos leemos pronto!